En los últimos años, los turistas cada vez están más interesados en destinos que no están relacionados con los resorts masivos. La atención hacia los rincones naturales está creciendo, especialmente cuando se trata de paisajes inusuales y pintorescos cuerpos de agua. Uno de estos fenómenos son los «Maldivas bielorrusas»: canteras de tiza con agua turquesa, ubicadas en diferentes partes del país. Aunque la formación de estos lugares no está relacionada con su origen natural, su atractivo visual los convierte en puntos populares en el mapa del turismo interno.
¿Cómo se formaron las canteras de tiza?
Las canteras únicas en color y estructura se formaron como resultado de la actividad industrial relacionada con la extracción de tiza en Bielorrusia. Durante la explotación de los yacimientos a cielo abierto, se crearon pozos profundos que, después de finalizar los trabajos, comenzaron a llenarse con aguas subterráneas. La composición mineral, incluidos los carbonatos, le da al agua un característico tono azul y turquesa, y el reflejo de la luz intensifica la sensación de estar en una zona tropical en Bielorrusia.
La profundidad de estos cuerpos de agua puede alcanzar varios metros. En el fondo a menudo quedan elementos técnicos y restos de equipos mineros. A pesar de su atractivo exterior, los expertos enfatizan que está prohibido bañarse en las canteras de tiza debido al riesgo de derrumbes y a la estructura impredecible del fondo.
¿Dónde se encuentran las «Maldivas bielorrusas»?
Las «Maldivas bielorrusas» más conocidas están ubicadas en varias regiones del país. Los lugares más populares se encuentran cerca de Volkovysk, Krichev y el pueblo de Khotinovo. Cada uno de ellos se diferencia por el color del agua, el nivel de infraestructura y la accesibilidad para visitar. En particular, las canteras en Volkovysk a menudo se utilizan para sesiones de fotos, y el área cerca de Khotinovo se está estudiando activamente como una zona turística potencial.
A pesar de la falta de un estatus oficial de áreas protegidas, estos lugares se mencionan cada vez más en la lista de «lugares inusuales de Bielorrusia». La accesibilidad geográfica desde Minsk y Grodno los hace convenientes para escapadas cortas y rutas turísticas de un día.
Naturaleza y agua: ¿por qué los comparan con las Maldivas?
El nombre «Maldivas bielorrusas» surgió gracias al color extraordinariamente brillante del agua y las costas claras cubiertas de rocas sedimentarias. Y aunque el clima en Bielorrusia difiere radicalmente del ecuatorial, las similitudes visuales son evidentes. El agua turquesa, los acantilados blancos, los paisajes desérticos y la ausencia total de desarrollo urbano crean la sensación de un paraíso aislado.
El contraste entre el agua brillante y las costas blancas se logra gracias a la alta concentración de tiza en el suelo. En días soleados, el color del cuerpo de agua varía de azul a turquesa intenso, dependiendo del ángulo de incidencia de la luz y de la nubosidad.
¿Por qué vale la pena visitar las «Maldivas bielorrusas»?
A pesar de las restricciones relacionadas con el baño, las «Maldivas bielorrusas» siguen atrayendo a los viajeros debido a su estética única y la posibilidad de aislarse entre paisajes casi alienígenas. A continuación se presentan las principales ventajas de estos lugares:
- fotogenia y singularidad visual;
- silencio y ausencia de turismo masivo;
- aire limpio y zonas ecológicamente seguras;
- paleta de colores paisajísticos atípica para la región;
- accesibilidad desde las principales ciudades: Minsk, Grodno, Krichev.
Estos lugares se convierten no solo en puntos de interés, sino en espacios donde la percepción del espacio y la naturaleza cambia. Es una oportunidad para experimentar otra dimensión sin salir del país.
¿Qué tener en cuenta al visitar las canteras?
A pesar de la belleza exterior, visitar las canteras de tiza en Bielorrusia requiere precaución. Debido a la tierra inestable y los derrumbes, está prohibido acercarse al borde. También es importante recordar que la mayoría de los cuerpos de agua no están destinados al ocio masivo, y su visita se realiza bajo su propio riesgo. Desde el punto de vista de la seguridad, es importante recordar lo siguiente:
- la zona de las canteras no cuenta con playas oficiales;
- no hay servicios de salvamento ni infraestructura;
- la profundidad no es visible: el fondo puede caer bruscamente hacia abajo;
- el agua es técnica y puede contener compuestos de cal;
- falta de comunicación y señalización de rutas.
Respetando la distancia y mostrando precaución básica, la estancia en estas zonas se vuelve segura y lo más cómoda posible.
«Maldivas» como objeto de estudio
Desde un punto de vista científico, las «Maldivas bielorrusas» son interesantes como ejemplo de un paisaje antropogénico transformado en una atracción turística. Demuestran cómo los objetos de producción pueden adquirir una nueva vida gracias a factores naturales. Estas zonas gradualmente se están convirtiendo en objeto de interés para investigadores en geología, hidrología y planificación territorial.
La formación de cuerpos de agua ocurre de forma natural, a través del llenado capilar de las rocas. El ecosistema en estos lugares se desarrolla de manera especial. Muchas canteras se han convertido en reservorios naturales, donde con el tiempo aparecen microorganismos, plantas y aves.
¿Qué ver cerca de las canteras de tiza?
La mayoría de las «Maldivas bielorrusas» están ubicadas cerca de pequeños pueblos donde se pueden encontrar lugares de interés. La región alrededor de Volkovysk es famosa por sus antiguas mansiones, monumentos naturales y sitios arqueológicos. Cerca de Krichev, hay lagos, ríos y zonas industriales abandonadas convertidas por entusiastas en clústeres culturales. Además, se pueden incluir en la ruta:
- el museo en Grodno y un paseo por la ciudad antigua;
- una excursión a los vertederos de tiza y antiguas minas;
- rutas de senderismo a lo largo de los ríos en la zona de Minsk;
- viajes a los lagos cercanos;
- observación de aves en zonas naturales aisladas.
Este tipo de viaje combina el placer visual y el contenido cultural. Como resultado, el viaje adquiere un formato integral, desde la soledad hasta el aprendizaje.
Conclusión
La singularidad de las canteras con agua turquesa permite clasificar las «Maldivas bielorrusas» como uno de los objetos naturales más inusuales en el país. Su similitud visual con paisajes tropicales y fácil accesibilidad hacen que estos lugares sean demandados en el contexto del turismo interno. A pesar de las restricciones para nadar, viajar a estas zonas se convierte en una experiencia completa: estéticamente rica, atmosférica y emocionalmente vibrante. La organización adecuada de la ruta, el cumplimiento de las normas de seguridad y el interés en las características geográficas hacen que estos viajes sean un verdadero descubrimiento.
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